Con
                  motivo de las presuntas irregularidades en el último Concurso-Oposición
                  de Primaria (vulneración de la fase de concurso) y dada la creciente
                  precariedad laboral de los interinos, tanto en Primaria como
                  Secundaria pasando por Conservatorios, Profesores Técnicos y
                  Escuelas de Idiomas (precariedad que en ningún caso ha solucionado
                  la nueva normativa sobre baremación de las listas de espera)
                  me gustaría como interino hacer llegar a quien corresponda de
                  la Junta de Extremadura algunas reflexiones.
                  Con frecuencia, y sobre todo si no nos afectan, somos dados
                  a trivializar ciertos temas y problemas. Pero convendría
                  tener muy presente de principio que los interinos docentes,
                  en su mayoría, se deben a unos hijos y a una familia,
                  con lo que todo eso conlleva. También es evidente que
                  una situación de trabajo profesionalmente realizado y
                  de estudio, de forma prolongada, no favorece en ningún
                  modo el equilibrio familiar ni laboral. Con todo, el interino
                  docente no es responsable de la situación generada pero
                  sí la sufren él y su entorno, pues a pesar de
                  haber aprobado varias veces la oposición el escaso número
                  de plazas convocadas le dejaba fuera en la fase de Concurso,
                  consiguiendo la interinidad, a pesar de la existencia de plazas
                  permanentes y partidas presupuestarias para sostenerlas.
Esta
                  inestabilidad laboral desencadena ansiedades y crispaciones
                  no deseables, pues todo ello menoscaba, y de qué forma,
                  el buen ambiente educativo de los centros y la calidad de la
                  propia enseñanza. Y mientras en otros sectores (Sanidad)
                  se esta solucionando el problema con medidas efectivas (aprobado
                  Consejo de Ministros 12/10/2001, Congreso de los Diputados 31/10/2001,
                  convocatoria extraordinaria de 37.500 plazas para consolidación
                  de empleo interino y estatutario y próxima convocatoria
                  autonómica de otras 37.500) en Educación parece
                  ser imposible.
Ante
                  este escenario ¿qué puede hacer la Administración?.
                  Se está hablando mucho últimamente y por todas
                  las partes implicadas (parece que hay consenso) de derogar el
                  R.D. 850/93 que regula el Acceso a la Función Pública
                  Docente. Parece que éste es un punto común de
                  partida y si esto es así, pero ya sabemos cómo
                  van las cosas de palacio, lo conveniente y justo sería
                  esperar a su derogación para convocar el Concurso-Oposición
                  o hacerlo con una oferta muy reducida (plazas de nueva creación
                  y jubilaciones) para no perjudicar a ningún trabajador.
                  Es más, sería pertinente abrir un debate serio
                  entre todos los estamentos implicados para la modificación
                  del citado R. D..
Sin
                  embargo, la Consejería de Educación de la Junta
                  de Extremadura, prefiere ir por otros derroteros: no pide la
                  derogación del R.D. 850/93, modifica unilateralmente
                  el orden y número de ejercicios de oposición (aprobado
                  18 diciembre 2001) y pretende convocar una oferta masiva de
                  plazas, mediante la cual acabaría con la rotación
                  indiscriminada y con gran número de funcionarios interinos
                  docentes en el paro. El sistema favorece sin duda a aquellos
                  que disponen de todo el tiempo para preparar la Oposición
                  y que no tienen que atender a su trabajo y a su familia a la
                  vez, impidiendo a los interinos hacer valer sus servicios prestados
                  a la administración. ¿Qué ocurre con la
                  baremación de la experiencia, dónde está
                  el 48% real de la misma (sentencia del Tribunal Constitucional
                  Nº 67/1989, de 18 de abril)?, ¿qué ocurre
                  con la selección subjetiva que se hace desde el primer
                  ejercicio?, debemos llamar a las cosas por su nombre, un deseo
                  loable de la Administración es acabar con los interinos,
                  pero entre «acabar» con los interinos docentes y solucionar
                  el problema laboral y personal de estos hay mucho camino, no
                  siendo nunca la solución el sustituir a un trabajador
                  por otro.
La
                  resolución del problema pasa por establecer un Plan de
                  Estabilidad para todo el Funcionario Interino Docente, mediante
                  un nuevo Sistema de acceso a la Función Pública
                  Docente, sea conforme a lo sugerido por las fuerzas sindicales
                  u otro más coherente con los principios del Sistema Educativo
                  vigente, con criterios capaces de valorar la práctica
                  docente y que contemple el nuevo perfil del profesor no sólo
                  como mero transmisor de conocimientos, pero que principalmente
                  sea a partir de ahora establecido cómo sistema ordinario,
                  no planteando en el futuro desigualdades y discriminaciones
                  cómo las vigentes.
Dicho
                  Plan de Estabilidad debe deslindar neta y claramente oposición
                  e interinidad, siendo la lista de interinos bolsa de trabajo
                  e iniciándose un proceso extraordinario de conversión
                  del empleo interino en fijo, ya que las tareas desempeñadas
                  por los profesores interinos son de carácter permanente,
                  y no coyuntural, estas medidas mejorarían la calidad
                  de la enseñanza y solucionaría el problema de
                  los Interinos, «Cuestión Social» prioritaria
                  que debe ser resuelta por la importancia que tiene familiar
                  y socialmente en nuestro sistema educativo, recordando que la
                  demora en la aplicación de soluciones es dramática
                  para muchos trabajadores de la enseñanza y sus familias.
Estos,
                  esperando que la Junta de Extremadura defienda la estabilidad
                  laboral para los Interinos Docentes tal y cómo hace en
                  otros ámbitos, llegan a la conclusión, evidente,
                  de que la normativa actual no resuelve el problema de inestabilidad
                  de los profesores interinos y, parafraseando a Ortega y Gasset,
                  «dado que la capacidad laboral es el único capital
                  del que dispone el trabajador, es lógico que el instrumento
                  de presión al que recurran los movilizados sea la huelga».