Blog PIDE
«Pasión docente»
26/03/2025
Sindicato PIDE
Los custodios del noble arte de la enseñanza
La consejera de Educación, Mercedes Vaquera, en la inauguración del curso ‘Educar en Justicia’ destinado al servicio de inspección, que se celebró el 20 de marzo, declaró que: «No podemos olvidar que en los inspectores recae todo el funcionamiento del sistema educativo: las familias, los docentes, los alumnos o los equipos directivos. Su labor hace que lleguen a buen término todas las actuaciones».
Considero una falta de respeto decir que todo el peso del sistema recae solo en los inspectores, como si los docentes fueran poco menos que innecesarios. Cuando es público y notorio que los docentes son los verdaderos protagonistas, son casi 17 mil pilares que apuntalan la estructura educativa de la región.
La consejería de Educación lleva años colocando una corona de espinas en la cabeza de los docentes (la maldita burocracia, por ejemplo, es una de las espinas más dolorosas), y examinando y vigilando a conciencia que dicha corona se mantenga firmemente clavada. Sin embargo, la abnegación de los docentes puede con todo, aunque el azote administrativo (y no solo) termine por disipar, en muchos casos, la vocación docente y despertar el anhelo, cuando los años pasan y pesan, de la jubilación merecida, y poder así restañar las heridas con el consuelo de saber que nunca más la ‘Espada de Damocles’ estará sobre los hombros.
Quiero pensar que la consejera, al venir del entorno universitario, hace estas declaraciones por desconocimiento o por un simple ejercicio de adulación hacia el auditorio al que se dirige. Los políticos son dados al halago cuando les conviene. Cuando nuestra consejera esté delante de un grupo de docentes dirá, probablemente, algo parecido; pero ya no sería creíble.
Si los docentes no existieran volveríamos a la Edad de Piedra, porque ellos son los custodios del noble arte de la enseñanza. Enseñar lengua, matemáticas, ciencias, física, historia…, desde las primeras edades hasta las últimas antes de la universidad, convierte a los docentes en el elemento básico, insustituible, de la sociedad.
Los físicos, los químicos, los médicos, los ganaderos, los agricultores, los historiadores, los camareros, los ingenieros, los inspectores y un inmenso etcétera, han pasado por las aulas para ser lo que son. Unos han avanzado más en sus estudios y otros menos, pero todos son producto del sistema educativo sostenido por los docentes.
Todas las profesiones son importantes y piezas necesarias para conformar el puzle de la sociedad; pero me revelo antes declaraciones que llevan implícitas, aunque sea involuntariamente, un menosprecio a una labor, la docente, que en el sistema educativo es la más importante.