Una
escuela del siglo XXI no puede organizarse con un horario del
siglo XIX; es algo tan evidente que no debería suscitar
ninguna duda, pese a que los responsables de la Consejería
de Educación de Extremadura no terminan de digerir esta
obviedad; quizá, con las elecciones a la vuelta de la
esquina, vean la luz y podamos empezar a negociar el horario
que los maestros merecen y el sistema educativo necesita.
Una
jornada, solo de mañana, de 18 horas lectivas dentro
de las 25 de estancia en el centro (no 30 como ahora), además
de las horas trabajadas en casa hasta cumplir con el marco legal,
igualaría a todos los cuerpos docentes y le daría
a la educación infantil y primaria el impulso que necesita.
Sería la forma más eficiente de engarzar las necesidades
del sistema con la disponibilidad de los maestros para atender
dichas necesidades.
A
los tradicionales quehaceres de preparar clases, corregir exámenes
y organizar actividades se les suman otras muchas tareas como
la atención más fluida con padres y madres, la
gestión de la Plataforma Rayuela, los proyectos de formación
e innovación para adaptarse a las necesidades de los
alumnos y de los centros cada vez más informatizados
y la burocracia creciente que padecen tanto los equipos directivos
como como los docentes en general. Un horario que diera respuesta
a estas necesidades y que contemplara, además, horas
de guardia es un paso muy necesario si queremos afrontar con
garantías los desafíos educativos que nos vienen.
Los
centros deberían tener un incremento en su plantilla
funcional para poder facilitar la implementación del
horario propuesto. Un maestro de apoyo por cada tres unidades,
un maestro de apoyo para CEIP incompletos y la reducción
de itinerancias sería muy importante si queremos caminar
con paso firme hace el éxito educativo.
Esa
es la razón por la que el Sindicato del Profesorado Extremeño
(PIDE), único sindicato de la pública, lleva promoviendo,
desde hace 10 años, la iniciativa «Horario del
siglo XXI para los maestros extremeños». Ha llegado
el momento de negociar un nuevo horario para los docentes de
infantil y primaria en la mesa sectorial correspondiente, para
hacer los cambios necesarios en el Decreto de desarrollo de
la Ley de Educación, que nos lleve a un nuevo horario.
El
sindicato PIDE solicitó por primera vez por registro
el día 1 de febrero de 2008 la convocatoria de una mesa
de trabajo para debatir sobre un nuevo horario, pero no obtuvimos
respuesta. A dicho registro le sucedieron otros muchos, además
de campañas de recogida de firmas, vídeos y carteles
para visibilizar la iniciativa. Y seguiremos insistiendo hasta
que los jefes de la educación extremeña comprendan
la necesidad de sentarse a negociar la mejora horaria que solicitamos.
Disponer
de un horario que atienda todas las obligaciones que actualmente
el sistema educativo requiere proporcionaría al docente
una gran capacidad para organizar, elaborar y planificar todo
lo referente a la tarea docente y otras labores adyacentes que
redundarían en beneficio del alumnado.
El
arte debe tener un espacio necesario en el nuevo modelo horario
que se propone. La educación artística contribuye
al desarrollo integral y pleno de los niños al enriquecer
y realizar un gran aporte cognitivo en el desarrollo de sus
habilidades y destrezas, como el emprendimiento, la diversidad
cultural, la innovación, la creatividad, la imaginación,
la curiosidad, la inteligencia... Conduce a la formación
de la personalidad, la confianza en sí mismo, el respeto
y la tolerancia. Es un medio para el desarrollo dinámico
y unificador del alumnado y, por tanto, se debería aumentar
su carga lectiva garantizando la continuidad de la Educación
Artística (música y plástica) en todas
las etapas de la enseñanza. La educación artística
enlaza directamente con los intereses de los niños ¿cabe
una herramienta educativa más potente? Digamos que el
arte podría ser el latido que mantuviesen vivas, en forma,
las capacidades cognitivas necesarias para afrontar cualquier
reto.