Señora
consejera, en esta vida todo, o casi, es relativo; sin embargo,
hay cosas que son absolutas o, al menos, deberían
serlo. De un político, con mayúsculas, se espera
que cumpla la ley, que respete las decisiones judiciales,
que no utilice subterfugios para dilatar la aplicación
de una sentencia; y más, cuando esta es firme.
Las
sentencias judiciales se respetan, pero todas; eso de acatar
unas sí y otra no deslegitima el discurso de quien
dice ponerse de parte de la justicia obviando, al mismo tiempo,
una sentencia firme como la de PIDE que reconoce que los
interinos con vacante deben estar en su puesto el 1 de septiembre
y, además, añade una retroactividad de 4 años,
a efectos administrativos y económicos.
Aunque
PIDE ha conseguido uno de los objetivos importantes: que
los interinos con vacante se incorporen el 1 de septiembre
a partir del curso 2021-2022, no podemos estar plenamente
satisfechos cuando usted, señora, niega la retroactividad de cuatro
años de una sentencia ejecutada ya en el demandante
y extendida a varios interinos. Este empecinamiento, que
no me supone sorpresa alguna, provocará que PIDE colapse
la administración pidiendo las extensiones individuales
por vía judicial.
Que
ahora diga que corrobora que los interinos con vacante se
incorporen el 1 de septiembre a partir del curso 2021-2021 “por el interés
de dar certidumbre al colectivo”, porque supone “una
igualdad de oportunidades y una mejora laboral” y porque “beneficia
a la organización del curso escolar y eso redunda
en la calidad de la enseñanza y, por tanto, en el
alumnado”, no deja de asombrar dado que dichos beneficios
se han dado siempre y si, finalmente, reconoce este derecho
es porque se ha visto usted cercada judicialmente y no porque
sea la valedora de los derechos de los docentes como, en
rueda de prensa, pretendía transmitir con esa serenidad
impasible con la que los políticos esconden las impurezas
de sus decisiones e intentan esconderse tras un manto de
acrisolada rectitud, pero que no es otra cosa que la constatación
irrefutable de cómo se disuelven, hasta quedar en
nada, los principios básicos de una ideología
que debería estar por encima de las veleidades personales.
Obligar
a PIDE a reactivar las extensiones individuales de sentencia
es una irresponsabilidad por su parte, consejera; porque
con el dinero del contribuyente, no lo olvide, se tendrá que pagar las costas que TSjex imponga a la
Junta de Extremadura, dado que el desenlace lógico
es que el tribunal ratifique las extensiones de sentencia,
profusamente argumentadas, e interponga las costas a la administración
negacionista.
En
diciembre de 2020, en rueda de prensa (después
ratificado en comparecencia en la Asamblea de Extremadura),
la consejería comunicó que se reconocían
las dos sentencias que había al respecto y se incorporarían,
por tanto, los interinos el 1 de septiembre con la retroactividad
de 4 años. ¿Qué ha cambiado para que
se incumpla la palabra dada? Por una tercera sentencia, que
le ha venido llovida del cielo, a favor de la administración,
es decir, en contra de los derechos de los interinos... pero
que nada tiene que ver con la sentencia firme de PIDE, que
es otra distinta, que es otro proceso diferente. Si en diciembre
la sentencia de PIDE era válida, por firme y ejecutada,
más válida es ahora; y negarlo y poner palos
en las ruedas para que los interinos que cumplan los requisitos
de la sentencia no puedan beneficiarse de ella en toda su
amplitud, es una muestra fehaciente de la eterna paradoja
de gobernantes, elegidos por el pueblo, negando derechos
al pueblo.
No
voy a entrar en los motivos reales, consejera, por los que
prefiere la confrontación al diálogo,
por los que opta por entorpecer la extensión de los
efectos de una sentencia firme oponiéndose al más
básico sentido de la justicia; pero sí diré,
que su actitud es una clara declaración de intenciones
y que nada tiene que ver con un desarrollo responsable de
sus competencias como consejera. Una pena.
En
este erial de la política sin concierto, de la testarudez vana,
del desamparo en la que los derechos sufren las inclemencias
de la política imperfecta, no cejaremos ni un momento
de luchar con todo nuestro ser, consejera, por los docentes
que trabajan en Extremadura e igual nos da las piedras que
se nos pongan en el camino, devoraremos las dificultades,
no le quepa duda, hasta saciar muestra hambre de justicia
social.