Siguiendo
la línea de protesta de la carta publicada en esta sección de
HOY, con fecha 9/11/2002, firmada por Antonia Lemus Gucema y
diez más, quiero manifestar mi indignación por la situación
creada tras el acto de adjudicación de vacantes para profesores
de Secundaria, concretamente en la especialidad de Hostelería
y Turismo.
El día 6/09/2002 se celebraba en Badajoz el acto de adjudicación
de vacantes, habiéndose ofertado dos plazas a priori para la
especialidad antes mencionada, a la que estábamos convocados
los integrantes de la lista de espera de interinos (del 1 al
6).
‘Casualmente’ aparece otra vacante apenas un par de días después
del acto de elección, con lo cual algunos compañeros y yo mismo
no pudimos optar a ella. A raíz de esto me vi obligado a elegir
otra vacante, por otra especialidad y en un destino diferente
a mi residencia familiar, lo que me obliga a realizar 125 kilómetros
diarios.
El día 10/09/2002 me dirijo a la Dirección Provincial de Educación
para exponer mi queja al jefe de sección de Personal. Este señor
me recibe, tras una larga espera, y me comunica que debo presentar
una reclamación por escrito, pero que ve difícil la solución
al haber optado por otra especialidad. Ese mismo día presento
la reclamación de la que aún a fecha de hoy no he recibido contestación
alguna.
A finales de la primera semana de octubre, para cubrir la vacante
en cuestión, es llamada una profesora (la cual ocupa el nº 7
en la lista de espera de interinos, siendo yo el nº 4, a mí
no me llamaron), a la cual sí se le acepta su renuncia a la
vacante que estaba ocupando en el IES Bembézar de Azuaga por
la especialidad de Economía.
Pongo estos hechos en conocimiento de la Federación de Enseñanza
de CC. OO. para que lleve el caso a la comisión que se reúne
con miembros de la Dirección Provincial el viernes 11/10/2002,
y allí le dicen al representante del sindicato que «todo se
debe a un error informático que va a ser subsanado». A fecha
de hoy, todo sigue igual.
Mi pregunta es: ¿para qué se ordenan las listas de espera por
puntuación si al final llaman a la amiga de…, o a la hija
de…, o a la esposa de…? ¿Somos todos los interinos iguales?
Quizás no.
Este es otro caso claro de conculcación de derechos cuyo final
pasa también por la resolución de un recurso de reposición interpuesto
con fecha 24 de octubre de 2002. Y mucho me temo que no acabará
ahí la cosa.