En ningún
momento del artículo titulado ‘Interinos & exterinos’
se pretendía decir que un maestro joven no tuviera calidad
para ejercer su profesión. No lo entendió Marta
Salas Garrido. Lo que no se puede es echar a la calle, a través
de un sistema de oposición en el que nada se demuestra,
a cientos de interinos que llevan trabajando años en
la mejor escuela de aprendizaje para docentes: la interinidad.
Créame, un interino con diez años de experiencia
es un valor que la administración no se puede permitir
el lujo de desaprovechar. Los docentes jóvenes tienen
todo el derecho de acceder al mercado de trabajo, y seguro que
la calidad necesaria para llevar a cabo la tarea difícil
de educar. Pero estará de acuerdo conmigo en que un interino
con 10 ó 15 años de experiencia, con 35 ó
40 años de edad, con carga familiar y carga hipotecaria
no debe terminar en la calle y, por edad, fuera del marcado
de trabajo. Yo estoy acostumbrado a que cuando voy a comprar
pan, seguro que usted también, debo esperar el turno,
guardar cola, de eso se trata. Cuando el que escribe tenía
22 años tuvo que esperar a que los interinos de entonces
fueran entrando para ir escalando posiciones hasta llegar; y
si los interinos o aspirantes de entonces esperamos, parece
justo que ahora ocurriera lo mismo. Sin embargo, quiero informarte
que hoy día más de la mitad de los aprobados con
plaza son aspirantes sin experiencia, yo creo que es suficiente
para calmar tu sed.