Cartas y artículos de Educación


Blog PIDE

"Sísifo o la Dignidad"

01/12/2006
Carlos Javier Rodríguez Oliva, profesor de E. Secundaria.

De Sísifo y su leyenda sabemos lo que nos cuenta la mitología, que tampoco es mucho. Nadie nos dice si, en su eterna labor de subir la roca, nuestro héroe se lamenta o disfruta con lo que se trae entre manos. Lleva cumpliendo su labor ni se sabe cuánto tiempo, y parece ser que ni intuye la que le espera. Paciente y constante, sube que te sube. En ese esfuerzo prolongado en el tiempo, de escaso rédito, se oculta, a mi entender, una excelencia: su entereza humana para hacer frente a Zeus.

Los últimos acontecimientos que los docentes estamos viviendo tienen mucho que ver con la alegoría y mi consabida apreciación.

Los Glacis, Jaraíz de la Vera, y especialmente, Almendralejo, por su repercusión, son ya referentes ineludibles del enorme desamparo con el que ejercemos esta añeja y edificante profesión. La huelga del 7 de noviembre, más numerosa y menos difundida en los medios que la de Barcelona, ha dejado con las vergüenzas al aire a un amplio sector de los sindicatos de enseñanza que, casi a la misma hora, firmaban un pacto para la convivencia escolar con nuestra consejera de Educación. Ver para creer. Cualquier persona medianamente sensata es capaz de adivinar la grotesca contradicción que aquel día daban los periódicos: la calle y el salón o, hablando en plata, la realidad y el papel, que viene a ser lo mismo. Puntos de vista distintos para un mismo problema: la indisciplina. Queda claro que la sentencia condenatoria a un profesor es anecdótica: en el fondo queda el síntoma, que no es otro que la pérdida paulatina de ilusión y autoridad. Y sanseacabó.

Mi pregunta es cuál de las acciones merecía más atención. ¿Era tan urgente firmar el acuerdo?¿Qué hubiera ocurrido si todas las fuerzas sindicales hubieran acordado apoyar los paros y la manifestación? La firma, para cualquier otro día. Pero previa reflexión y análisis del documento, que no ha habido.

En estos asuntos tan graves no puede haber medias tintas. ¿Cuándo puñetas vamos todos a luchar juntos por el bien común? El maestro, el profesor está solo. Hoy más que nunca. ¿Es que no nos damos cuenta? O habrá que darle la razón a Bertrand Russell cuando afirma que nuestra felicidad está permanentemente amenazada por la envidia, “ esa pasión universal y profunda, base de la democracia.”

Sísifo no va a desfallecer ahora. Nosotros tampoco. Su quehacer diario es el nuestro. Su dignidad, también.

HOY